lunes, 8 de enero de 2018

Podría




Cuando salgo al monte me gusta ir por los senderos, me alejo de las pistas y me rodeo de pinos, encinas y jara. Me gusta el olor que desprende, la maravillosa sensación de plenitud que invade mi cuerpo y pienso que podría morirme aquí, de felicidad o de nostalgia. Podría morirme aquí mismo de un infarto de risas, aunque también de lágrimas y de ausencias. Podría morirme aquí de recuerdos, de aventuras, de empacho de sudor, de besos y abrazos, de cumbres, valles y cielos. Podría morirme aquí de amaneceres, de luces, de sombras, de nubes y lluvia. Podría morirme aquí de toda una vida, toda...y siempre, siempre, siempre, contigo.