Katsushi Fukuta |
Algunas noches tengo la sensación de que el camino corto también puede ser el correcto. Que, por una vez, la felicidad no dependa de llegar a ningún sitio, sino de disfrutar del lugar en el que estamos. Sólo hay que cerrar los ojos, cerrarlos con fuerza y acordarse de lo bonito. De la brevedad, el detalle, el momento. No se puede vivir como aquel que no recordó darse una oportunidad para ser feliz.
Y agarrarse a la esperanza. Agarrarse con fuerza a las ilusiones. Y seguir. Seguir, parar, tomar aire, respirar, mojarnos bajo la lluvia...Y nunca, nunca, creer que las cosas que se derrumban no pueden levantarse de nuevo. Nunca creer que lo triste durará más que nuestras fuerzas. Quizá el problema sea que miramos al cielo por la noche y nos parece que no hay demasiadas estrellas. Que algo se apagó hace tiempo y que nada luce igual. Pero no lo olvidéis nunca, no olvidéis hacer brillar vuestros ojos. Que nadie nos quite nunca el derecho de iluminar un poquito el mundo".
"En un mundo de grises" de Sergio Carrión