Después de un mes caótico me digo que hoy es lo único que necesito: café y dos cucharadas colmadas de sol, relajarme un poco, cerrar los ojos al cielo y permitir que el rayo de la templanza me ilumine las pestañas. Éste está siendo un mes complejo, lleno de espinas (laborales y alguna personal…) y con un ritmo tan incesante que apenas he tenido tiempo de sentarme en el sofá y relajarme. En parte es así cómo visualizo este pequeño espacio, un gran sofá junto a un ventanal dónde me siento a descoserme los pensamientos sin medir brazada emocional y que, reconozco, tengo algo descuidado.
Sol y café, café y sol… Hoy, además, me han dejado dos sorpresas preciosas aquí en el sofá, dos abrazos tan dulces y generosos que aún ando emocionada…
Por ahora os dejo un café...(la dosis de sol va a gusto de cada uno... ;-)
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