Pero solo lo descubro cuando estoy sola, cuando vuelvo a mirarme en ese bosque interno que no debería perder de vista jamás.
Definitivamente tengo que habitarme más y olvidarme menos. Es un favor que me haría a mi misma y a los demás: si tu bosque está en calma, la oleada que generas afecta más a tu entorno. Y yo quiero ver crecer a mi gente segura de si misma, plena y con muchísima fuerza. Así que ni objetivos, ni dietas, ni cosas materiales ni leches en vinagre. Pido habitarme, viajarme, serme y ganarme. Y desde ahí, desde ese punto, ternura, ternura a raudales.
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