domingo, 18 de diciembre de 2016

Envejecida juventud



Hace algunos años que es oficial. Envejezco. Y no es que lo lleve mal en absoluto, pero tampoco lo llevo bien, para que engañaros. Envejezco y mentiría si dijera que formo parte de ese grupo de personas que afirman que a una determinada edad se alcanza la plenitud o que adora sus arrugas porque las considera líneas de vida, aprendizajes o lecciones. Incluso me cuesta distinguir esa línea divisoria que existe con otras personas; no logro pasar desapercibida,  amoldarme a la cubierta anatómica , mezclarme con las mujeres de mi edad y seguir las conversaciones como una autómata. Yo no. Al menos hoy.



Me hubiera encantado decir lo contrario, pero no. Y ya puestos confieso que no me siento ni más sabia, ni más plena, ni más realizada ni más nada. Al contrario, cada vez me noto más hambrienta de vida, noto que me faltan horas al día y días a la semana. Cada vez me escurro más y me pierdo en mis caóticos días importándome un pepino los juicios ajenos. Me jode sentir que estoy tan agotada como sedienta, que la vida se me queda corta y larga a la vez.



Desaprendo cada día un poco más, y al hacerlo es cuando realmente cierro los ojos al sol y me siento un poco más aliviada.



3 comentarios:

  1. Buenos días Sonia (qué sé que te gusta que te saluden lo primero ;-) ),

    Quizá sea muy buena señal y un signo de coherencia que no te atrape la estética publicitaria, el márketing de cosméticos y su discurso vacío que te dice qué es lo que tienes que pensar sobre ti misma y cómo te tiene que hacer sentir el envejecimiento, ese proceso que empieza el día en que nacemos.
    Quizá estamos engañados con eso de la "realización" y es un continuo buscar y avanzar desde la insatisfacción en lo que consiste el vivir.
    Un abrazo,
    Manu.

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    1. Buenos días Manu :-),

      Sobre todo, que llega un momento que parece que nos tenemos que convertir en "señoras". Cualquier sábado de fútbol con las mamás (por poner un ejemplo) es un sota, caballo y Rey de lo que "debería" ser una mujer pasados los 40, y resulta terriblemente tedioso escucharlas y me siento un bicho raro porque no comparto en absoluto su conformismo. Así que reivindico la insatisfacción permanente y el hambre constante de aprender, conocer y vivir.
      PD. ¿Te he dicho alguna vez que soy #Muyfan de lo bien que escribes?
      Besos!

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  2. No se como caí aquí pero reconozco muy bien lo que dices Sonia :)
    Un abrazo!
    /Mónica

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