lunes, 24 de agosto de 2020

Silbando por el camino


Desde hace un tiempo escucho a Alejandro Dolina (estáis tardando si no le habéis escuchado nunca). Anoche llegué a un audio en el que hablaba del amor, del desamor, de la espera, del engaño, de las traiciones...Comenzaba contando, que si al enamorado no correspondido le daban a elegir entre el sufrimiento y el olvido, elegía el sufrimiento. Coño, que no te quieren ¡Deja de joder! Deja de mandar mensajes de madrugada, deja de buscar brazos que no te quieren. No seas mezquino y no molestes. Y me vino a la memoria un suceso vivido con un tipo con el que salí hace unos meses (afortunadamente por poco tiempo, que ya soy experta en hacer caso a banderas rojas) y que terminé rechazando de una manera cordial. 

Él, en su despecho, me esperaba cuando salía de paseo con mis perras y me mandaba mensajes poéticos de madrugada que yo no respondía. El último a las 3:25 de la madrugada, a finales de diciembre, en el que su victimismo machacaba mis virtudes calificándolas de efímeras. No me quedó más remedio que ser más contundente. Un consejo: Liberad a vuestros amados de vuestra infantil y mezquina actitud, por favor.
No elijáis el sufrimiento.
Elegid el olvido. 
Yo lo hice. Yo también he sufrido el rechazo y el desamor, la traición y el engaño por la persona que en ese momento amaba. Y corrí tan rápido en dirección contraria que casi vuelvo a atrás en el tiempo.Me di cuenta que pasamos demasiado tiempo con personas que no amamos y no nos aman, compañeros de paso. Que no nos dan valor ni valoramos.Que tienen nuestro cuerpo pero no nuestra alma. Por eso hay que buscar a gente que nos ame. Con la que seamos felices, y esos minutos sean oro puro, vida. Y no, no esperes. NO ESPERES. La espera es un embrujo, nos deja inmóviles, nos genera dudas, miedos, el bloqueo de la mente y el alma. Y el resultado es más espera, una espera perpetua para un encuentro que no sucederá jamás.
Yo que soy de las que busco, ayer volviendo a casa me preguntaba: Para qué, Sonia, para qué la búsqueda.
Yo sola me iba contestando, con todo lo vivido, lo conocido. 
Amor del bueno, complementario al amor propio. El amor buscado: Hay almas que se saben así, que perseveran, que se abren y descubren. Que acaban encontrando un destino más digno.
Mientras busco, me siento feliz, me siento bien conmigo misma , silbando por el camino, recogiendo flores y disfrutando de la compañía de los que me rodean. 
(Y si quieres dar luz a tu oscuridad, puedes venir conmigo) .

No hay comentarios:

Publicar un comentario