martes, 2 de julio de 2013

La petite mort

Penthesilea de Katsushi Fukuta

Dicen que al llegar al orgasmo algunas mujeres pierden la consciencia durante algunos segundos. Una sensación que los franceses llaman la "Petite mort".

¿Cómo pueden llamar "pequeña muerte" al más dulce de los placeres?  Durante el orgasmo se liberan endorfinas y oxitocina, mejora el sueño, nos deja un cutis y un pelazo estupendos, elimina el estres...

 



 La verdadera pequeña muerte acecha en lo cotidiano. En el número de teléfono que nunca marcas aunque te mueras de ganas, en las frases que nunca dices a tiempo, en el telediario de las tres, en la resaca de los sueños que más temes. La pequeña muerte ataca al amor con sus dientes afilados, se nutre de tus fracasos a mediodía y por la noche te acuna en sus brazos de autocompasión.

Lady Godiva de Katsushi Fukuta
La pequeña muerte real es un perro feroz, una piraña en tu bañera, ascuas de recuerdos que aun queman, una alimaña que vive enjaulada en la rutina, una avanzadilla de la muerte grande.






Sin embargo yo el orgasmo lo considero una explosión de realismo, un homenaje al amor y a la bendición de la carne. Orgasmo próvido de sensaciones que nos lleva al más bello de los acercamientos: al del alma. Y nos rescata de morir.
 
 
 



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