lunes, 21 de noviembre de 2016

Bosques enmarañados




Me pasa cuando estoy sola, como hoy, conmigo misma. Me pasa, que me miro muy adentro, hacia ese bosque interior que tenemos todos, tan enmarañado...y me digo: "Jo, con tanto como tienes y cuanto te quitas...". Cuanto de mi misma soy capaz de olvidar con el paso de los meses, es verdad. Cuantas escamas del alma se me caen sin saber (o sabiendo) porque las piso como si fueran hojas secas y ni me inmuto. Y su ausencia me pica y me duele a porciones.
Pero solo lo descubro cuando estoy sola, cuando vuelvo a mirarme en ese bosque interno que no debería perder de vista jamás.



Definitivamente tengo que habitarme más y olvidarme menos. Es un favor que me haría a mi misma y a los demás: si tu bosque está en calma, la oleada que generas afecta más a tu entorno. Y yo quiero ver crecer a mi gente segura de si misma, plena y con muchísima fuerza. Así que ni objetivos, ni dietas, ni cosas materiales ni leches en vinagre. Pido habitarme, viajarme, serme y ganarme. Y desde ahí, desde ese punto, ternura, ternura a raudales.

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