lunes, 21 de octubre de 2013

Amor verdadero

No hay amor más intenso que el que sentimos por nuestros hijos.
Recuerdo perfectamente cada uno de mis dos embarazos, las 39 semanas que llevé conmigo a mis hijos. Sentir sus corazones latiendo dentro de mi me convertía en heroína, fuerte, capaz de todo. Sus latidos me hacían compañía en cada momento, nunca estaba sola. Éramos una persona dentro de la otra.


El día de su nacimiento fue tan intenso, ver sus caras, su primera mirada, la explosión de amor y felicidad fue tan grande que me hizo olvidar el dolor que sentí minutos antes.
Sus primeras palabras, sus primeros pasos, su primer baño...de repente la casa se inundó de sonidos y alboroto, de risas y llantos, de princesas y dinosaurios, de "te quieros" y abrazos prolongados, de intensos debates sobre "Pepa Pig" y carreras de coches por los pasillos.

La angustia y el miedo cuando se ponen enfermos también es más intenso, y la impontencia cuando sentimos que ante determinada situación no les hemos protegido lo suficiente, también es mayor. Pensar que mis hijos crezcan sanos y felices es mi mantra. No deseo otra cosa de manera más ferviente en este mundo, no quiero nada material, sólo que sean felices y se sientan amados. Que cuando crezcan sean personas consecuentes, responsables, honestas, amables y generosas, virtudes que cada día nos cuesta más encontrar. 

Agradezco cada día la bondad y la alegría que les inunda y me siento orgullosa de cada acto correcto que realizan. El trabajo es duro, mucho. Son como árboles que hay que regar y cuidar para que crezcan sanos y fuertes, quitando las ramas insanas que pueden estropear su desarrollo.

Y hoy, que es un día especial, al menos para Jimena, esta entrada va dedicada a ellos. A Jimena, que es tan valiente, tan tenaz, tan preocupada por todos, tan perseverante, tan simpática, tan generosa, tan princesa...y a Nicolás. tan trasto, tan amoroso, tan meloso, tan feliz, tan despreocupado, tan intelectualmente inquieto, tan divertido...que son lo mejor de mi vida y que si hay algo que ser madre me ha enseñado, es que mi amor hacia ellos crece y se mutiplica cada día.

3 comentarios:

  1. Nada como el AMOR que una madre profesa a sus hijos. Felicidades por tus nenes!! Y por supuesto, hoy irá todo fenomenal, lo sé.

    Luego te llamo

    david.

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    1. Gracias, ya ha ido fenomenal. Jimena es muy valiente, a pesar del dolor que pueda sentir a sus 7 años es más coherente que muchos adultos y lo ha hecho fácil. Y hoy se ha multiplicado de nuevo mi amor por ella. Lleva unas horas disfrutando del merecido descanso del guerrero.
      Gracias.

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  2. Cuanto me alegra leerte en estas líneas, después de tener que ver cada día los niños en las escuelas, tanto abandono, tanto maltrato aun , tanta maldad que los rodea, saber que ellos crecen felices es encender esperanzas.

    Un abrazo. Paquita

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