lunes, 21 de enero de 2019

Ser valiente merece la pena






Una cosa es huir, salir corriendo por miedos y otra pararse, analizar lo que (y quien) merece la pena y lo que (quien) no y darse la vuelta para tomar un camino mejor.
Así he comenzado a caminar, he vuelto al camino. Y no freno, no me permito ningún retroceso y es así como siento que poco a poco avanzo, sin grandes titulares, sin exigirme más allá de mis posibilidades. Mi tope es vivir en equilibrio, con la madurez que pintan mis canas y la niñez que llevo en espíritu, aunque en el fondo tengo alma de plomo y nunca he podido ir más allá , ni lo necesito, francamente.
Volver a recuperar el control de mis pasos que un día me quitaron, sin calcular dónde pongo el píe y como lo hago; sin escanear el camino, sorteando cualquier piedra o raíz para no tropezar, y conversar con quien quiera acompañarme sin que me falte el aliento. Esa es mi meta. Soy cabezota, pura constancia y lo conseguiré.
Así que aquí estoy de nuevo, feliz de volver al camino y sentirme de nuevo en marcha :-)


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